viernes, 31 de diciembre de 2010

2010, adiós.


Un año que merece terminar, en el que lo malo ha superado a lo bueno, en el que ha habido más días complicados que sencillos. Un año caótico pero en el que he aprendido mucho y del cual, a pesar de las dificultades, saco de bueno las experiencias vividas.

jueves, 30 de diciembre de 2010

sin esperarlo


De esas pocas veces que una mirada hace que te olvides de todo, te hace sentir bien, no quieres que se acabe, te hace sacar una sonrisa única. Existimos, por un momento, sólo tú y yo.

martes, 21 de diciembre de 2010

lunes, 20 de diciembre de 2010

uno más




Hoy es de esos días en los que cuentas segundo a segundo el tiempo que queda para volver a acostarte y llegue así un día nuevo, porque todo lo que sucede te hace decaer. Nada bueno, nada importante. Un día de esos en que no importa cuán afortunado seas que sólo piensas en lo desgraciado que te sientes. Todo lo ves negro, con negatividad. Toda esa fuerza que utilizas a diario para seguir adelante sin pensar en esas cosas que te amargan se ha desvanecido. Por más que te lo repites estás aplastado, sin poder moverte. Caso omiso a los ánimos que te das, a los que te dan. No escuchas. Sólo piensas, recuerdas, imaginas y te echas a llorar. Sólo es un día más, un día más sin ganas, ni fuerza, ni ánimo.

jueves, 16 de diciembre de 2010

dieciseis

No te vengas abajo. No agaches la cabeza. Eso nunca. Ya sabes lo que es esto. Ya sabes lo que tienes que hacer. Sí, una persona puede ser MUY importante. Pero hay muchas más que, todavía, pueden ser aún más importantes. Ten fe. No eches de menos, no lo hagas. Así sólo se dibujarán caras de tristeza. No lo pienses, puede resultar cobarde, pero funciona. Créeme. Yo lo he vivido antes. No recuerdes ni lo bueno ni lo malo. Crea indiferencia. Deja de pensar si estará bien, feliz o si estará mal. Deja de pensar cuánto te gustaría ayudarle y cuánto te gustaría que necesitara tu ayuda. Deja de dar oportunidades. Con una es suficiente y creo que ya has comprobado que no ha servido ni la primera, ni la segunda, ni la tercera. Echar de menos no te va a hacer feliz. Sé que te encantaría aparecer por sorpresa y que se alegrara, que pudierais hablar cara a cara, compartir sensaciones, poneros al día. Sentir que una simple mirada tuya le hace sonreir. Sé que quieres aportarle felicidad, o aportarle más felicidad. Sé que quieres que te recuerde siempre, que te recuerde como alguien especial, no quieres ser una más, porque nunca pensaste que pudieras serlo. Sé que cada vez que lo piensas te inundas en un mar de lágrimas. Sé la impotencia que sientes. Te conozco y lo noto. Además, sé que no quieres esto, que le quieres demasiado para sentir todo lo que sale de tu boca, sé que deseas otra cosa, bien diferente a esto. Sé lo importante que será siempre, que nunca te resultará indiferente. Y esto te lo digo sólo a ti, porque sé que no quieres que nadie lo sepa. Será un secreto. No pienses más todo lo que te quedaste con ganas de hacer y hacerle, de regalarle, de dar. Todos los momentos que os quedaron por vivir. No lo pienses porque no hay nada que hacer. Sé que tus intenciones siempre son buenas, que nunca pretendes empeorarlo, pero siempre sientes que lo empeoras todo. Sé que te sientes irreconocible, que sientes que con él, inexplicablemente, actúas y te comportas de una manera atípica en ti. Pero deja ya todo esto porque te aseguro que no te sirve de nada sentirte así. Y que quizás actuar de una manera cobarde, por muy cobarde que sea, puede ayudarte aunque no seas así. No pensar, obviar o, incluso, engañarte. Sé las ganas que tienes de vivirlo todo y disfrutar de los momentos, de la gente, de ti. No sigas desperdiciando el tiempo. Tú puedesCon el tiempo las cosas se ponen en su lugar y Dios dirá.

nunca te irás

Qué impotencia sientes cuando ves mal a muchos de tus amigos y no existen palabras de consuelo suficientes para calmar su dolor, el dolor tan grande que tantos de ellos sienten. Cómo odio sentir impotencia por algo así. Cómo me gustaría tener las palabras mágicas para sacarles una sonrisa y devolverles la ilusión que tenían antes por todo. Porque nada es lo mismo desde que no estás, ni para todos los que tantísimo te quieren y te han tenido cerca, ni para los que no hemos tenido la suerte de tenerte tan cerca. Porque duele. Duele muchísimo. Porque por poco que te conociera alguien dejabas huella y siempre era una alegría verte. Porque pocas hay como tú, ninguna. Y a mí también me dejaste huella. Desde fuera veo cómo todos te echan tantísimo de menos. Cómo todos te necesitan y cómo, incluso a mí, que apenas te conocí, me gustaría que estuvieras en muchos momentos. Porque es muy injusto, es inconcebible. Pero, por desgracia para todos, ha pasado. Y eso no se puede remediar ya. Sólo espero que sigas dándole fuerzas desde allí donde estás a todos, regalando las sonrisas que siempre regalas y que les hagas a todos un poquito más fácil todo esto. Joder, al final he acabado llorando, y es que esto es demasiado para todos. Y se me rompe el corazón con cada comentario...dales fuerza, mucha fuerza, por favor.
Sigues y seguirás presente siempre en todos aquellos que pasaron por tu vida, porque es imposible que alguien que te conociera no te recuerde como una persona maravillosa.

Muchas felicidades Coral.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Feliz cumpleaños María

Por ser una persona muy especial. Por ser mi amiga. Por ser mi mejor amiga. Por ser parte de ese trío indestructible. Por transmitir esa sonrisa siempre. Por estar siempre a mi lado. Por darme tu opinión. Por apoyarme cuando tomo decisiones. Por animarme cuando estoy triste. Por alegrarte cuando estoy feliz. Por saber diferenciar lo importante de lo superfluo. Lo trascendente de las memeces. Por todos esos momentos inolvidables, que con 20 años que cumples, son infinitos. Desde el primer día que nos vimos y nos presentaron, hasta hoy. Momentos de histeria, de llanto, de risas, primeras veces, primeras salidas, moragas, primeros viajes, tantas y tantas conversaciones. Eres parte vital de mi vida. Contamos con tenernos y poder hablar todos los días. Se hace raro si no es así. Se echa de menos. Jamás podré expresar cuanto te quiero, cuán importante eres para mí, cuanto te necesito. Jamás. Porque es demasiado. Porque no imagino mi vida sin ti. Porque quiero seguir formando parte de tu vida, de tus mejores momentos y de tus peores momentos. Quiero vivir tu vida contigo. Quiero que vivas mi vida conmigo. Quiero apoyarte siempre siempre, para todo. Y que tengas claro que sin ti no sería lo mismo. Te quiero muchísimo colacá.
Por todos los años que llevamos, por todos los años que nos quedan. Por tus 20 años. Que los disfrutes como nunca. Que vivas cada segundo de esta nueva década. Que seas muy feliz.

martes, 14 de diciembre de 2010

just me

Un día más te despiertas. Todo sigue igual. Todo es la misma rutina. Esa rutina que me empieza a desesperar. No lo soporto. Es una sensación extraña. Estoy harta de la gente. Mucha gente con la que te rodeas es hipócrita, superflua, envidiosa, poco humana y desconocedoras del significado de la palabra humildad. ¡Ojo! Por suerte, todavía hay excepciones. Pero esa gente, ¡Dios!, me cansa mucho y me desespera, me pone de mal humor. Ahora no necesito gente, de hecho, lo que necesito es estar sin gente. Me encanta estar sola. Un buen libro o, incluso, apuntes, tabaco y una nevera repleta de comida. Ir a un lugar cercano a la playa. Me encanta pasarme horas y horas en la playa, sea invierno o verano. Eso da igual. Pasear. Todo lo que necesito. Sentarme mirando al horizonte con un LM en la boca y pensar o no, simplemente mirar el mar y sentirme viva allí, sentada en la arena sin nada ni nadie más.

lunes, 13 de diciembre de 2010

con los pies en el suelo

He mejorado respecto a ti mucho en una semana. Será porque me he quitado un gran peso de encima y ahora pienso las cosas con más tranquilidad, sin aportarle esa presión, esa angustia. Será por las tremendas ganas que tengo de no sufrir más. Será porque me lo he tomado muy en serio. Será porque tengo unas ganas locas de disfrutarlo todo al máximo, de ser feliz, de sentirme bien, de valorar lo que me das y lo que me dan y asimilar que si tú no me das tampoco te mereces que te dé y que si el resto me da es a ellos a quien debo dar. Porque son ellos los que me hacen feliz, los que se preocupan por mí diariamente. No tú. 
Habrás sentido que ya estamos muy lejos el uno del otro. Que ya hemos salido de nuestras vidas. Yo aún sigo asimilándolo. Aún sigo pegándote palizas para no pensarte y no echarte de menos, aún sigo repitiéndome todos tus asquerosos defectos para tener razones por las que hacerte desaparecer. En mi cabeza todo el trabajo está hecho. No queda apenas nada de ti. Y cuando lo hay, me desprendo rápidamente de ese recuerdo. Quererte, bueno, sí, te sigo queriendo, es absurdo negarlo. Pero el trabajo más importante ya está hecho. En una sola semana he conseguido hacer lo más importante. La verdad es que yo tampoco me lo creo, pero ha sido así. ¿No es increíble?. Confío muchísimo en mí misma y sé que esto va viento en popa, que necesito un poco más de tiempo, pero algo que me encanta es superarme a mí misma, sorprenderme y demostrarme que mi límite no está donde yo creía que estaba, sino que va más allá. Y contigo voy a superarme y sorprenderme como con nadie más. Y sólo eso ya me hace feliz. Voy a intentar disfrutar de esto. Estoy más cerca de conseguir que cuando te vea me des asco, de sentir indiferencia, esto es, más bien, no sentir nada. 
Ya no quiero nada. Y nada es nada. Cero.



















Me siento bien. Sin ti. Con otras personas. 

todo es cuestión de dejar que las cosas fluyan

Lo que intento decirte es que entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías. Y da igual cuántas veces te cambies de peinado, o a cuántos gimnasios te apuntes, o cuántos vasos de Chardonnay te tomes con las amigas, porque sigues acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntándote qué hiciste mal o qué pudiste malinterpretar. Y cómo puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz. A veces incluso logras convencerte de que él verá la luz y se presentará en tu puerta. Y después de todo eso y aunque esa situación dure mucho tiempo, vas a un lugar nuevo y conoces a gente que te hace recuperar tu amor propio. Y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo, y toda esa época difusa, esos años de tu vida que has malgastado, empiezan por fin a desvanecerse.


The holiday.

si quieres a alguien, déjalo ir.

Todos hablamos mucho cuando nos cuentan cosas parecidas que les ocurre a otras personas. No sé por qué, pero nunca pensamos que puede sucedernos a nosotros y, en cambio, el día menos pensado.. pam! te toca a ti, como si te hubieras traído mala suerte tú sola. Tienes que arreglar cuentas con tu orgullo y tus ganas de seguir con él.. Pero que coñazo! Siempre he sido una negada en matematicas. Y además, en el amor no existen ecuaciones ni operaciones.. No existe el contable de los sentimientos o el asesor financiero del amor. ¿Que ocurre, que hay que pagar un impuesto para ser feliz? Si fuera verdad, lo pagaría a gusto... Lo peor de todo es que le echo de menos.. Estoy en el puente, paro el coche y bajo. Me acuerdo de esa noche, esos besos... Veo nuestro candado y me acuerdo de cuando arrojó la llave. Era una promesa Step. ¿Tan difícil era mantenerla?




Tengo ganas de ti.

jueves, 9 de diciembre de 2010

fuera ectoplasta, esfúmate!

Te voy a olvidar tanto como te he querido. Te voy a olvidar hasta que no quede ningún vestigio tuyo dentro de mí, hasta que no haya absolutamente nada que me recuerde a ti, hasta borrarte de mi vida para siempre. Te voy a olvidar hasta verte y que me des asco. Hasta preguntarme cómo he sido capaz de perder mi tiempo contigo, darte tanto sin merecerlo. Hasta que me pregunten por ti y al pensarte te vea lejos, muy lejos y sin ninguna gana de que estés más cerca.


No pienses eso, para mí esto es mucho más duro y penoso que para ti.
Tú has hecho lo que has querido, yo voy a olvidarte como yo quiera.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

quiero ser feliz

A lo que aspiro en todo momento es a aprender, superarme, ayudar y, por supuesto, ser feliz. Siempre buscas la felicidad. Siempre haces cosas que te causen diversión, que te hagan ser feliz, que te hagan recordar ese momento con alegría. Si tienes algún problema con alguien siempre quieres arreglarlo porque así te sentirás mejor. Si estás apagada tienes ganas de salir con tus amigos y divertirte, quitarte siempre en todo momento ese pensamiento que te provoca tristeza, malestar. 
Es curioso, porque tú eres la persona que más infeliz me hace del universo. No hay nadie que me haga más infeliz que tú, que me provoque más malestar y tristeza, que me haga sentir tan vacía como me siento. Y a ti te importa poco, quiero decir, no es que no te preocupe, pero no te preocupa lo suficiente como para hacer que deje de sentirme así. Tú me invades todo el día trayéndome recuerdos bonitos que anhelo y no voy a tener porque tú no quieres que tengamos. 
No entiendo cómo puedo dedicarte tanto tiempo, si eres lo único que me hace infeliz. En vez de dejar que te vayas de mí para siempre, que es lo que te mereces, yo sigo una y otra vez recordándote, sin querer darme por vencida, porque algo que no soporto en absoluto es no conseguir lo que me propongo. Y sigo teniendo fe, confiando en algo que no merece la pena.
Me pregunto por qué tengo que ser tan cabezota, por qué no dejaré que te vayas de una vez por todas y dejes de hacerme infeliz y pueda así centrarme en la gente que de verdad me quiere, en la gente que no me hace daño, sino que intenta consolarme y curarme del daño que me haces tú. 


Me gustaría recordarme esto que pienso ahora cada momento del día para así tener presente siempre que lo que busco no eres tú, que lo que busco es ser feliz y que tú me provocas el sentimiento contrario. Que no te mereces nada más de mí. Porque todo lo que te he dado lo has ignorado, porque no me valoras como has de valorarme. Porque no me haces feliz y yo quiero ser feliz.


Sé que no voy a conseguir pensar así todos los días a todas horas ahora mismo. Pero gracias Clari, porque nuestro blog, al que le quedan 1988 razones para ser feliz, ha conseguido hacer que me pregunte por qué desperdicio mi tiempo en mi infelicidad, en lo único en este mundo que me provoca ser infeliz y creo que eso supone un paso.
1991 reasons to be happy 

increíble

Sólo me lo creo por momentos, pequeños momentos de máxima lucidez, donde soy totalmente consciente de la realidad. El resto del tiempo, que es la mayoría, no puedo creerlo. Es imposible creerlo.
Sigo buscando razones donde no las hay, culpando a todo y a todos lo que no tiene y quienes no tienen culpa. Sigo pensando muchos momentos que esto es una broma desagradable de un destino aburrido que se distrae poniéndonos las cosas difíciles. Pienso que eres tú el culpable, que estás bien así, que no me necesitas. Pienso que soy yo la culpable, que no he sabido estar a la altura, o que no lo he demostrado mejor dicho.
Pero la realidad no es esa, no hay culpables ni razones para esto. Es así y no hay más. Un día estás a tres metros sobre el cielo y al siguiente te encuentras a tres metros bajo el infierno. Siempre tendemos echar la culpa a algo o alguien cuando, por lo general, no hay culpa que valga porque lo único cierto es que se ha ido todo, se ha fugado. No busques el por qué, porque eso es una pérdida de tiempo.
Y ahora eres tú la única que lo echa de menos. Era una cosa de dos y sólo uno de los dos lo echa de menos. Y es irresistible preguntarse si es que en realidad no fue tan bonito como lo fue para ti. Si no era tanto como para merecer la pena seguir luchando. Si verdaderamente era mejor matarlo, si así seremos más felices, que si hubiésemos hecho lo imposible por salvarlo.
E inevitablemente se te viene a la cabeza la palabra mentira, porque te es imposible no pensar que todo fue mentira, porque tú, tan debilitada, no llegas a comprender cómo se puede querer terminar algo que era parte de ti, algo que te daba la vida.

Sólo son pensamientos inmaduros que con el paso del tiempo, encuentren un por qué o no, se disiparán y entonces, me reiré.

cuándo..

Me gustaría saber en qué momento llegas a olvidar a una persona completamente. Así podré saber, si algún día llego a olvidarlo, cuando será. Puede que sea cuando te olvidas de las fechas señaladas, cuando olvidas su cumpleaños, cuando oyes una canción que antes te recordaba a él y ya no te recuerda, cuando ves una película y no ves vuestra historia reflejada en ella. Quizás esas cosas con el tiempo dejas de pensarlas, con el tiempo dejas de sentirle tanto, pero no podemos olvidar. Sólo negamos hechos. Desconectamos. No todo pasa como dicen, no todo pasa y se olvida. De alguna forma siempre quedan restos. Siempre quedan los jodidos restos.

¿Seguir? Sí, seguir adelante.

Hay veces en la vida que el único remedio que queda es echarle cojones y seguir adelante sin preguntarse el por qué; sin buscar respuestas hasta debajo de las piedras, sin retroceder para coger ni siquiera impulso. Por mucho que duela; porque nadie dijo que fuera fácil.

...

- Creo que el amor ya no existe.
- El amor existe.
- ¿Por qué estás tan seguro? ¿Lo has visto alguna vez?
- Claro que sí. Lo leo en tus ojos cuando le miras a la cara, lo noto en tus brazos cuando estás cerca de él. Lo veo en tu sonrisa cuando te dice que se alegra de verte, lo siento en tu forma de andar cuando caminas por delante suyo. Y cuando él te mira, veo como tratas de ocultarlo para que no se dé cuenta de que le quieres, noto como intentas no moverte para evitar abrazarle, leo en tu sonrisa la mentira y siento como aprietas los labios para que no se te escape un te quiero. Sin embargo, te ocultas detrás del “no creo” porque piensas que es valiente resistirse a la verdad. Pero ¿sabes? eso es de cobardes, es cobarde esconderse detrás de dos palabras. Lo valiente es decir “te quiero” y tener valor para escuchar un “yo no”.

martes, 7 de diciembre de 2010

car²


asimilando.

Ojalá nada de esto fuera así, ojalá pudiera hablarte sin esperar nada, ojalá todo fuera de otra manera. 
Hoy es diferente. Hoy me siento diferente a como me he sentido desde hace más de un año. Te siento lejos, sí, mucho más lejos de lo que te sentía ayer. Hoy siento que una parte de mí no está. Siento cierto vacío, donde verdaderamente no hay nada, ni palabras, ni ruido, ni imágenes, nada. 
Hoy te siento pasado, y me siento aferrada al pasado. Quizás es como debería haberte sentido desde hace unos meses, pero no ha sido así en ningún momento hasta hoy. Es realmente extraño, es raro. Supongo que sólo es cuestión de acostumbrarme a saber que no estás, que no vas a volver, que todo ha muerto. 
Hoy siento que no soy parte de ti, que no eres parte de mí. Que ya no estamos en nuestras vidas. Que cada uno ha tomado un camino donde no nos encontraremos más. 
Hoy empiezo a asimilar todas esas cosas que tendría que haber asimilado hace tiempo. Hoy empezaré a ser consciente de todo, y con el tiempo llegaré a creerlo y conseguiré dejar de pensarlo porque ya lo habré asimilado y empezaré también yo a aplicar todo lo que desde hoy estoy asimilando. Supongo que esto es parte de la vida, perder personas importantes y aprender a vivir sin ellas.


Como dices, nos queda al menos lo vivido, aunque eso sea conformarse.

una opción..

Todo lo que tienes que hacer es ponerte los cascos, tirarte al suelo, y escuchar el CD de tu vida. Canción tras canción, no puedes saltarte ninguna, todas han pasado, y de una forma u otra servirán para seguir adelante. No te arrepientas, no te juzgues, sé quien eres. Y no hay nada mejor para el mundo. Pausa, rebobinar, play, y más y más aún. Nunca pares la música, no dejes de descubrir sonidos para lograr explicar el caos que tienes dentro. Y si te sale una lágrima cuando lo escuchas, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida.

deseos de cosas imposibles

Me callo porque es más cómodo engañarse. Me callo porque ha ganado la razón al corazón, pero pase lo que pase, y aunque otro me acompañe, en silencio te querré, en silencio te amaré, en silencio pensaré tan solo en ti.

perdona si te llamo amor.

Cuando una historia termina el dolor, normalmente, es proporcional a la belleza del amor vivido. Y entonces, llegan puntuales a traición, los recuerdos.