domingo, 29 de mayo de 2011

Todo lo que hice fue por amor. Y no, no lo supo valorar. No fue suficiente. Ahora me alegro de ello. Desde entonces también lucho por amor, por amor a mí misma, algo de lo que solo él creyó que carecía. Yo soy feliz. Él... él sabrá. 

jueves, 26 de mayo de 2011


Verte lejos me asusta. Sentirte lejos me asusta aún más. No quiero que sea así. Coge mi mano, confía en mí, haz que confíe en ti y no nos separemos jamás.

martes, 24 de mayo de 2011




El mayor error que se puede cometer es no actuar por miedo a cometer un error.



lunes, 23 de mayo de 2011

cortar y desechar


A veces das una impresión con la que realmente no te identificas, que no te corresponde. Sólo a quien verdaderamente interesas querrá descubrirte y conocerte, el resto... el resto ya ha mostrado su verdadera apariencia: no merecen la pena.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Lo que en un momento concreto nos parece perfecto, con el paso del tiempo, puede no serlo. Quizá entendamos que no era tan perfecto, y aunque lo hemos perdido, nadie dice que no podamos volver a encontrarlo, o incluso encontrar algo mejor.

domingo, 8 de mayo de 2011

Y repentinamente me veo corriendo a través de un laberinto hecho de momentos: nuestro primer encuentro, el primer beso, la primera vez... La explosión enloquecida de mi amor por ti. Y en un instante recuerdo todo lo que no he podido decirte, todo lo que hubiera querido que supieras, la belleza de mi amor. Eso es lo que hubiera querido mostrarte. Yo, frente a la grandeza de tu reino, hubiera querido mostrarte el mío. Sobre una bandeja de plata, mostrándote mi regalo, lo que sentía por ti: un amor sin límites. Más allá del mar y en el fondo, allí abajo, más allá del horizonte. Y aún más, más allá del cielo y más allá de las estrellas, y aún más, más allá de la luna y más allá de lo que se esconde. Eso es, éste es el amor que siento por ti. Y más aún. Porque esto es sólo lo que podemos saber. Te quiero por encima de todo aquello que no podemos ver, por encima de lo que no podemos conocer. Ya está, eso es quizá lo que también hubiera querido decirte. Pero no pude. No pude decirte nada que tuvieras ganas de escuchar. ¿Y ahora? ¿A quién puedo mostrarle las maravillas de ese gran imperio que le pertenecían? 
Te miro y ya no estás.