mil historias dejamos sin final

Permíteme por un momento escuchar tu voz cerca de mí, recibir un abrazo que anule todo lo demás, todos los reproches, que me transmita el cariño que no me sabes dar. Permíteme una mirada más, una caricia más, un beso sincero, un último te quiero.

Tal vez sean nuestros errores los que conformen nuestro destino, porque sin ellos, ¿qué daría forma a nuestras vidas? Tal vez si nunca nos desviáramos del rumbo fijado no nos enamoraríamos, ni tendríamos hijos, ni seríamos quienes somos. Después de todo, las estaciones cambian y también las ciudades y las personas entran y salen de nuestras vidas, pero es un consuelo saber que aquéllas a las que amas siempre vivirán en tu corazón y, si tienes suerte, a un vuelo de distancia.

#SS2011

Otro año más ha terminado la semana más esperada de todo el año. Esta vez ha sido nefastamente distinta. Sólo he visto agua y más agua. Quedarte con el capirote sin poner y el pabilo enganchado en la mano sin encender te deja vacío, una de las peores sensaciones vividas, una de las peores Semanas Santas vividas meteorológicamente hablando. Ya se ha acabado, ya es Lunes de Pascua. Aún así ha sido inolvidable, de lo malo se aprende, se viven experiencias nuevas y en Semana Santa siempre hay momentos buenos que recordar junto a los menos buenos de este año. Ahora toca vivir cada uno de los 342 días que quedan hasta el próximo Domingo de Ramos como si fuera el último, aprovechando el momento, mejorando pero siempre esperando y dispuesta a hacer de la próxima Semana Santa la mejor de todas.

así es, desde hace tiempo.

Bajo tu suela, ya no quepo. Bajo tu calor, me congelo. En mi cabeza, ya no te pienso. Entre tus brazos ya no me duermo. En mi nariz ya no te huelo y en mi lombríz, no te siento. De tu caja de sorpresas, ya no me sorprendo. De tu caja de herramientas ya no soy el dueño. En tu sillón, no me siento. En tu rincón, ya no entro. Si mi parte de nuestra naranja ya no te echa de menos, si resulta que ahora mi tormenta no quiere tus truenos.

Por más que intento sentirme bien aún hay muchas cosas que no me lo permiten. Por más que intento conformarme con lo que ahora hay no lo consigo, porque no, no puedo conformarme. He optado por dejar el pasado en el pasado y no echarle cuentas, porque realmente no hay nada de éste que me interese. Pero, evidentemente, ese no era el problema. Intento buscar una solución que sirva de empuje definitivo para salir de este pozo y sigo sin verla. Intento encontrar una explicación exacta para saber por qué me he metido en éste sin darme cuenta. Poco a poco me siento algo más como siempre he sido, empiezo a perder esa apatía que me dominaba, pero a la vez sigue dueña de mí esa sensación, sentimiento o aquello que realmente sea, eso que me oculta, que me hace sentir perdida y fuera de mi sitio.