jueves, 16 de diciembre de 2010

dieciseis

No te vengas abajo. No agaches la cabeza. Eso nunca. Ya sabes lo que es esto. Ya sabes lo que tienes que hacer. Sí, una persona puede ser MUY importante. Pero hay muchas más que, todavía, pueden ser aún más importantes. Ten fe. No eches de menos, no lo hagas. Así sólo se dibujarán caras de tristeza. No lo pienses, puede resultar cobarde, pero funciona. Créeme. Yo lo he vivido antes. No recuerdes ni lo bueno ni lo malo. Crea indiferencia. Deja de pensar si estará bien, feliz o si estará mal. Deja de pensar cuánto te gustaría ayudarle y cuánto te gustaría que necesitara tu ayuda. Deja de dar oportunidades. Con una es suficiente y creo que ya has comprobado que no ha servido ni la primera, ni la segunda, ni la tercera. Echar de menos no te va a hacer feliz. Sé que te encantaría aparecer por sorpresa y que se alegrara, que pudierais hablar cara a cara, compartir sensaciones, poneros al día. Sentir que una simple mirada tuya le hace sonreir. Sé que quieres aportarle felicidad, o aportarle más felicidad. Sé que quieres que te recuerde siempre, que te recuerde como alguien especial, no quieres ser una más, porque nunca pensaste que pudieras serlo. Sé que cada vez que lo piensas te inundas en un mar de lágrimas. Sé la impotencia que sientes. Te conozco y lo noto. Además, sé que no quieres esto, que le quieres demasiado para sentir todo lo que sale de tu boca, sé que deseas otra cosa, bien diferente a esto. Sé lo importante que será siempre, que nunca te resultará indiferente. Y esto te lo digo sólo a ti, porque sé que no quieres que nadie lo sepa. Será un secreto. No pienses más todo lo que te quedaste con ganas de hacer y hacerle, de regalarle, de dar. Todos los momentos que os quedaron por vivir. No lo pienses porque no hay nada que hacer. Sé que tus intenciones siempre son buenas, que nunca pretendes empeorarlo, pero siempre sientes que lo empeoras todo. Sé que te sientes irreconocible, que sientes que con él, inexplicablemente, actúas y te comportas de una manera atípica en ti. Pero deja ya todo esto porque te aseguro que no te sirve de nada sentirte así. Y que quizás actuar de una manera cobarde, por muy cobarde que sea, puede ayudarte aunque no seas así. No pensar, obviar o, incluso, engañarte. Sé las ganas que tienes de vivirlo todo y disfrutar de los momentos, de la gente, de ti. No sigas desperdiciando el tiempo. Tú puedesCon el tiempo las cosas se ponen en su lugar y Dios dirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario